La Princesa
Tras las oscuras montañas del oeste se esconde una historia de seres mágicos que es poco conocida entre los hombre, esta misma habla de una princesa que era tan hermosa como un manantial, su resplandor era tan fuerte como el que da el sol, sus ojos eran como las aguas claras en las que te reflejas, y su aroma era mas rico que un campo de rosas. Una noche en el que la luna llena dibujaba su figura entre la oscuridad esta increíble princesa conoció a un simple plebeyo que no tenia mas que dolor y odio en su corazón. El plebeyo se acercó lentamente y le dejo ver una sonrisa, el tubo miedo al comienzo de alejar tanta belleza de su vista, pero la princesa hermosa como siempre respondió con otra sonrisa ese mismo día comenzó una historia mágica para el plebeyo, al comienzo el pensó que se trataba de un sueño causado por el polvo que emanan las hadas en primavera y día tras día pensaba en nunca despertar ya que un sueño tan real debe ser solo una mentira, cuando recibió el primer beso de esta princesa se asusto al sentir los labios mas dulces que el mundo podía experimentar, con cada roce de su piel el plebeyo no pedía mas que la muerte por miedo a que todo fuera un juego de algún ser mágico.
Un día este plebeyo se armo de valor y decidió hacerle una pregunta y esta fue -¿quieres salir conmigo?-, lo próximo que izo a esto fue agachar la cabeza para evitar ver la burla que esta princesa le aria al imaginarse que tal belleza seria capaz de estar con una persona como el, en cambio ah esto la princesa sonrió y acepto, el hombre incapaz de pronunciar una palabra mas, la abrazo y la alzo con sus débiles brazos mientras imagina la vida junto a su primer amor, esta fue una noche inmortal a la memoria de plebeyo.
A medida que pasaban los días el plebeyo disfrutaba cada segundo junto a esta hermosa dama, temiendo de que un día la pierda con un príncipe azul, que obviamente era mejor elección, pero el plebeyo solo le pidió una cosa a esta hermosa dama y eso fue siempre dime la verdad no puedo vivir esta vida si un día tu me mientes no me ocultes nada el día que llegue ese príncipe azul no te obligare a que te quedes conmigo solo te rogare que me digas la verdad, mi vida no ah sido bueno y no quiero saber que tu la persona que por primera vez ame me mintió, eres una princesa hermosa y siempre lo serás solo pido nunca me mientas por que este amor es mas bello con la verdad.
Y así pasaron los días y llegaron los meses, esto era mas que magia para el plebeyo no podía creer estar tan enamorado y aun menos tener a esta hermosa dama junto a el.
En este día tan singular el plebeyo decidió regalarle a la princesa algo escrito con sus manos, el pensó en regalarle lo que pensaba y en una roca dejo escrito lo siguiente.
“las estrellas son oro que se refleja en el oscuro cielo, y tu eres el oro que se refleja en mi oscuro corazón, cada segundo vivido a tu lado es en siglo de vida que me regalas, dicen que uno puede describir algo con palabras pero como describirte a ti hermosa mía cuando no encuentro palabras que expresen este sentimiento y aun menos palabras que se igualen a tu belleza, por ti mi amada lucharía contra todos los dioses y desangraría en batalla solo por ti amor, ya que morir por ti es vivir por amor.
Cada que pienso en tu cuerpo tengo miedo de perderlo y que otro me aleje de ti y si un día sucede te aseguro que me dejaras sin vida ya que eres la dueña de mi corazón y de mi alma y quien pudiera vivir sin corazón.
El día que veas llover será por q mi alma pide a gritos que estés junto a mi y hoy bajo esta noche fría y de lluvia te aseguro que mas que nunca pido tenerte a mi lado protegiéndome y dándome el calor que siempre me das en estos días.
te dejo esto grabado con la poca fuerza que tengo y te aseguro que mi amor será por toda la vida así como toda la vida estarán estas palabras grabadas en piedra para ti mi dulce y amada princesa, eternamente tuyo.”